domingo, 17 de junio de 2012

RABIETAS


Artículo sacado de la revista ‘Padres Hoy’ sobre las rabietas.



RABIETAS: guía de emergencia

            Menudo carácter: Apenas levanta cinco palmos del suelo, pero en su interior guardan una carga explosiva siempre a punto de estallar. Cuando algo o alguien se interpone en su camino y les impide ver cumplidos sus deseos reaccionan de la única forma que saben: con una rabieta. Son berrinches normales, y, a menudo, inevitables. A esta edad, los niños todavía no han aprendido a controlar sus sentimientos, pero necesitan expresar de alguna manera la frustración que llevan dentro y su profundo malestar. No se trata de reprimir, sin más, esos arrebatos de cólera, sino de evitar que se conviertan en un peligroso hábito.

            Para ellos no existen fórmulas magistrales. El éxito depende tanto del carácter del pequeño como de la paciencia de sus papás. En situaciones así, la intuición es la mejor consejera. Y cuando ésta falla se puede poner en práctica algunos de los consejos que proponemos: unos consejos para saber cómo actuar.



  1. Conservar la calma: Es fácil perder los nervios cuando los gritos del crío resuenan en toda la casa. Y peor aún si la escena tiene lugar en un supermercado o en plena calle. Sin embargo, hay que intentar hacer oídos sordos a sus quejas y dejarle descargar, dentro de lo razonable, toda su furia. Se requiere grandes dosis de serenidad, pero si lo logramos al final el pequeño se cansará y se calmará solo. No es recomendable ponerse a silbar o subir el volumen de la tele como si nada estuviera pasando. Esto puede irritarle aún más.
  2. No entrar en su juego: Evitemos, por todos lo medios, intervenir en la disputa. Si la tormenta se desata, no tiene sentido enzarzarse en una batalla verbal a gritos. Por supuesto un ‘no’ rotundo a los castigos, a las amenazas o al tradicional sopapo.
  3. Buscar una solución amistosa: En la mayoría de los casos es inútil razonar con ellos. Pero, si el nivel de los chillidos lo permite, merece la pena intentarlo. Además, nuestro hijo tiene derecho a conocer las razones por las que le negamos eso que solicita con tanta insistencia.
  4. Mostrarse comprensivos: mediante las rabietas, los críos intentan reclamar nuestra atención. Es importante que sepan que comprendemos sus sentimientos y que nos entristece su actitud. Todavía son pequeños para entender nuestros razonamientos, pero el tono de voz y la mirada les bastan para captar el significado.
  5. Hacer alarde de buen humor: Es una técnica que suele funcionar muy bien. Consiste en tratar de captar la atención del pequeño mediante muecas, imitaciones, canciones graciosas o cualquier payasada que le divierta y le haga olvidar el motivo de su enfado. No se trata de reírse de él, sino con él. Si de pronto deja de llorar y se pone a reír, habremos cumplido nuestro objetivo.
  6. Intentar distraerle: A esta edad, los niños son muy testarudos, pero es fácil entretenerlos con cualquier cosa. Para quitarles de la cabeza una idea disparatada, nada como proponerles una alternativa mejor: un juego que les apasione, su cuento favorito o un paseo por el parque.
  7. Ser más tolerantes: ¿Qué importancia tiene ceder un poquito de vez en cuando? A veces, no queda más remedio que darse por vencidos. No se trata de transigir por sistema, ante sus berrinches. De lo contrario, sus rabietas se convertirán en un arma muy eficaz para conseguir lo que desean. Pero tampoco está de más hacer alguna vez una concesión.
  8. Más vale prevenir: La mejor forma de evitar las rabietas es huir de esas situaciones que, inevitablemente, desembocan siempre en un ataque de cólera. A los niños les gusta llevar la contraria y se rebelan contra todo lo impuesto. Por eso, es mejor sugerir que ordenar y no interrumpirles cuando están en pleno juego.
  9. Retirarse a tiempo: En casos extremos, cuando la rabieta excédale límite de tolerancia, será necesario hacer uso de un método más drástico. En un local público lo mejor es coger al pequeño y abandonar el lugar sin más comentarios. En casa, podemos pedirle que se vaya a su habitación. Cuando se de cuenta de que nadie puede escuchar sus exasperantes chillidos es muy posible que cambie de actitud y quiera volver a ser readmitido en sociedad.

Escrito por S. Fabios.




Isabel

2 comentarios:

  1. Una serie de consejos muy prácticos que, como ya sabrñas, no sólo vienen bien a los papás.

    Muchas gracias por compartir la información.

    Un saludo.

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  2. De nada Persefone! Yo he conseguido tanta informacion gracias a la generosidad de otros que es lo minimo que puedo hacer. Un saludo!!

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