Artículo sacado de la revista ‘Padres Hoy’
sobre las rabietas.
RABIETAS: guía de emergencia
Menudo
carácter: Apenas levanta cinco palmos del suelo, pero en su interior guardan
una carga explosiva siempre a punto de estallar. Cuando algo o alguien se interpone
en su camino y les impide ver cumplidos sus deseos reaccionan de la única forma
que saben: con una rabieta. Son berrinches normales, y, a menudo, inevitables.
A esta edad, los niños todavía no han aprendido a controlar sus sentimientos,
pero necesitan expresar de alguna manera la frustración que llevan dentro y su
profundo malestar. No se trata de reprimir, sin más, esos arrebatos de cólera,
sino de evitar que se conviertan en un peligroso hábito.
Para
ellos no existen fórmulas magistrales. El éxito depende tanto del carácter del
pequeño como de la paciencia de sus papás. En situaciones así, la intuición es
la mejor consejera. Y cuando ésta falla se puede poner en práctica algunos de
los consejos que proponemos: unos consejos para saber cómo actuar.
- Conservar la calma: Es fácil perder los nervios cuando los gritos del crío resuenan en
toda la casa. Y peor aún si la escena tiene lugar en un supermercado o en
plena calle. Sin embargo, hay que intentar hacer oídos sordos a sus quejas
y dejarle descargar, dentro de lo razonable, toda su furia. Se requiere
grandes dosis de serenidad, pero si lo logramos al final el pequeño se
cansará y se calmará solo. No es recomendable ponerse a silbar o subir el
volumen de la tele como si nada estuviera pasando. Esto puede irritarle
aún más.
- No entrar en su juego: Evitemos, por todos lo medios, intervenir en la disputa. Si la
tormenta se desata, no tiene sentido enzarzarse en una batalla verbal a
gritos. Por supuesto un ‘no’ rotundo a los castigos, a las amenazas o al tradicional
sopapo.
- Buscar una solución
amistosa: En la mayoría de los casos es inútil
razonar con ellos. Pero, si el nivel de los chillidos lo permite, merece
la pena intentarlo. Además, nuestro hijo tiene derecho a conocer las
razones por las que le negamos eso que solicita con tanta insistencia.
- Mostrarse comprensivos: mediante las rabietas, los críos intentan reclamar nuestra
atención. Es importante que sepan que comprendemos sus sentimientos y que
nos entristece su actitud. Todavía son pequeños para entender nuestros
razonamientos, pero el tono de voz y la mirada les bastan para captar el
significado.
- Hacer alarde de buen
humor: Es una técnica que suele funcionar muy
bien. Consiste en tratar de captar la atención del pequeño mediante
muecas, imitaciones, canciones graciosas o cualquier payasada que le
divierta y le haga olvidar el motivo de su enfado. No se trata de reírse
de él, sino con él. Si de pronto deja de llorar y se pone a reír, habremos
cumplido nuestro objetivo.
- Intentar distraerle: A esta edad, los niños son muy testarudos, pero es fácil
entretenerlos con cualquier cosa. Para quitarles de la cabeza una idea
disparatada, nada como proponerles una alternativa mejor: un juego que les
apasione, su cuento favorito o un paseo por el parque.
- Ser más tolerantes: ¿Qué importancia tiene ceder un poquito de vez en cuando? A
veces, no queda más remedio que darse por vencidos. No se trata de
transigir por sistema, ante sus berrinches. De lo contrario, sus rabietas
se convertirán en un arma muy eficaz para conseguir lo que desean. Pero
tampoco está de más hacer alguna vez una concesión.
- Más vale prevenir: La mejor forma de evitar las rabietas es huir de esas situaciones
que, inevitablemente, desembocan siempre en un ataque de cólera. A los
niños les gusta llevar la contraria y se rebelan contra todo lo impuesto.
Por eso, es mejor sugerir que ordenar y no interrumpirles cuando están en
pleno juego.
- Retirarse a tiempo: En casos extremos, cuando la rabieta excédale límite de
tolerancia, será necesario hacer uso de un método más drástico. En un
local público lo mejor es coger al pequeño y abandonar el lugar sin más
comentarios. En casa, podemos pedirle que se vaya a su habitación. Cuando
se de cuenta de que nadie puede escuchar sus exasperantes chillidos es muy
posible que cambie de actitud y quiera volver a ser readmitido en
sociedad.
Escrito por S. Fabios.
Isabel
Una serie de consejos muy prácticos que, como ya sabrñas, no sólo vienen bien a los papás.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir la información.
Un saludo.
De nada Persefone! Yo he conseguido tanta informacion gracias a la generosidad de otros que es lo minimo que puedo hacer. Un saludo!!
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