- No me des todo lo que te pido. A veces sólo lo pido para ver cuánto puedo coger.
- No me des siempre órdenes: si me pidieras las cosas yo las haría más rápido y con más gusto.
- Cumple las promesas buenas y malas. Si me prometes un permiso, dámelo, pero también si es un castigo.
- No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que a los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que a los demás, entonces seré yo quien sufra.
- No me corrijas mis faltas delante de nadie, enséñame a mejorar cuando estemos solos.
- No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mi también, yo no quiero hacerlo.
- Déjame valerme por mí mismo. Si tú lo haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
- No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices.
- Cuando yo haga algo malo no me exijas que te diga por qué lo hice. A veces ni yo mismo lo se.
- Cuando estés equivocado en algo admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
- Trátame con la misma cordialidad y amabilidad que tratas a tus amigos, ya que por que seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos.
- No me digas que haga una cosa y tú no la hagas. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas aunque no me lo digas, pero nunca lo que tú digas y no hagas.
- Cuando te cuente un problema mio, no me digas ''no tengo tiempo para tus tonterias'' o ''eso no tiene importancia''. Trata de comprenderme y ayudarme.
- Y QUIÉREME, y DÍMELO, a mi me gusta oírtelo decir. Aunque tú no creas necesario decírmelo.
Isabel
No hay comentarios:
Publicar un comentario