La pérdida de un ser querido es un acontecimiento muy estresante que casi todas las personas tendrán que afrontar a lo largo de la vida. El duelo es el proceso por el que nos adaptamos y restablecemos el equilibrio personal y familiar tras la muerte de un ser querido.
'Cuando alguien importante muere, una parte de nosotros muere con él'.
Pero a pesar del dolor que produce y el sufrimiento que se pasa, el duelo es necesario y normal; nos ayuda a adaptarnos a una pérdida, nos prepara para vivir sin esa persona.
La duración del duelo es muy variable, cada persona tiene su propio ritmo y necesita un tiempo distinto para la adaptación a la nueva situación. Aún así se considera que los dos primeros años suelen ser los más duros. Se pasan por diferentes fases durante el duelo, el choque inicial (rechazo, vacío, tristeza, ansiedad...), los reproches a la persona que acaba de morir, el alivio por la persona que ya deja de sufrir, el decaimiento, alteraciones en el sueño, sentimiento de culpa o remordimientos (por posibles cosas hechas o no hechas por esa persona), rabia, impotencia...Pero al final de todo eso llega un momento en que retomamos las ganas de vivir, miramos hacia el futuro, nos ilusionamos de nuevo...
"Me resulta imposible imaginar
que ya nunca estaré sentada contigo,
ni oiré tu risa,
que todos los días por el resto de mi vida
estarás ausente..."
Carrington.
GUÍA PARA FAMILIARES EN DUELO (Sociedad Española de Cuidados Paliativos)
Isabel
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