lunes, 1 de junio de 2015

Loris Malaguzzi; en cambio el cien existe

El niño está hecho de cien.
El niño posee cien lenguas,
cien manos, cien pensamientos,
cien formas de pensar,
de jugar y de hablar,
cien siempre cien maneras de escuchar, 
de sorprender, de amar.
Cien alegrías para cantar y entender,
cien formas de descubrir,
cien mundos para inventar,
cien mundos para soñar.
El niño tiene cien lenguajes (y además cien, cien, cien...)
pero le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura
le separan la cabeza del cuerpo.
Le dicen queu piense sin manos, que haga sin cabeza,
que escuche y que no hable, que entienda sin alegrías,
que ame y se sorprenda sólo en Pascua y Navidad.
Le dicen que descubra el mundo que ya existe
y de cien, le roban noventa y nueve.
Le dicen que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía,
la ciencia y la imaginación. El cielo y la Tierra,
La razón y el sueño, son cosas que no están juntas.
De hecho le dicen que el cien no existe.
El niño dice: en cambio el cien existe.


LORIS MALAGUZZI

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