martes, 1 de noviembre de 2011

RESILIENCIA, O CÓMO AFRONTAR EXPERIENCIAS



       Cuando hablamos de resiliencia, nos referimos a la capacidad de las personas para afrontar, sobreponerse y salir fortalecido de experiencias trágicas, adversas y dolorosas. De una persona que es capaz de recuperarse y continuar la vida con su ritmo habitual, e integrada en la sociedad en que vive, se dice que posee ‘resiliencia adecuada’. Y esto es porque puede superar y sobreponerse a los contratiempos y obstáculos más difíciles e incluso salir fortalecida de ellos.

        Actualmente es necesario fortaleces a niños y niñas en su interior para que sean capaces de resistir las dificultades que se van a encontrar en esta sociedad, muchas veces competitiva y hostil; para ello conviene analizar las experiencias de cada etapa de su crecimiento, tanto físico como psíquico, para aprender de ellas y reconocer en los niños y niñas sus potencialidades y aptitudes. Este proceso es necesario para obtener una serie de pautas que desembocarán en una resiliencia adecuada.

¿Cómo podemos ayudar a los niños y niñas para que adquieran la fuerza necesaria para afrontar los contratiempos en cada etapa de sus vidas?

  • ·             Fomentando una buena autoestima y el autoconcepto positivo
  •    Facilitando el descubrimiento de los defectos y las virtudes, las fortalezas y las debilidades
  • ·         Desarrollando sus potencialidades
  • ·         Estimulando la expresión de los propios sentimientos y las relaciones emocionales positivas
  • ·         Aprendiendo de los errores
  • ·         Siendo creativos y flexibles frente a las diversas situaciones
  • ·         Enseñándoles a saber pedir consejo y ayuda cuando sea necesario
  • ·         Promoviendo un buen autocontrol y criterio reflexivo antes de actuar
  • ·         Transmitiendo sentido del humos y optimismo

Los 3 primeros años de vida son fundamentales cuando hablamos en términos de resiliencia.

Las experiencias de estrés y la resiliencia en niños y niñas

            La resiliencia se va construyendo y forjando durante la infancia si el niño se encuentra en un hogar seguro. No obstante, hay experiencias estresantes (muerte de algún progenitor, desaparición de alguna de las partes debido a divorcio o separación, incapacidad para desarrollar la labor parental debido a enfermedad…<9 que pueden alterar el desarrollo psicológico del niño; en esos momentos necesita un marco adecuado que le permita una sólida y renovada afectividad para poder continuar su vida de manera equilibrada.

           Encaso contrario, es decir, cuando no existe una vinculación después de una pérdida afectiva importante, aparecerán patologías psíquicas: fobias, obsesiones… El niño/a necesita un lazo social extenso que lo sujete en momentos traumáticos y les permita poner en marcha mecanismos de defensa para salir de esta etapa y no quedar anclado en ella. A veces, es suficiente con una persona adulta que lo acoja y acompañe en el sentir de ese sufrimiento: el niño/a saldrá fortalecido y sensible al resto de personas que pasan por momentos trágicos como el que le sucedió a él; su forma de actuar, en la mayoría de las ocasiones, estará presidida por ‘dar’ a los demás.
Un niño/a que ha padecido traumas significativos en los primeros años de vida puede convertirse , por tanto, en un adulto completo y equilibrado si formamos sus capacidades de resiliencia para afrontar el sufrimiento.

Intervención en la resiliencia en niños y niñas. Recomendaciones.

Existen tres pilares básicos que forjan la capacidad de resiliencia.

·         El juego y el sentido del humor: Es importante enseñar al niño/a a no tomarse las cosas tan a pecho para evitar que sufra bloqueos emocionales. Nada mejor para este fin que el sentido del humor, el mirar las cosas desde ‘el revés’ y tomar distancia de los conflictos. La imaginación, la creatividad y la fantasía que los niños/as desarrollan en los juegos sitúan las señales dramáticas en su sitio exacto para que no acaparen los mecanismos de defensa de la psique.

·         Las personas guía: Los grupos de resiliencia constituyen el apoyo y el estímulo del niño/a para que se siente arropado. En ellos depositan afectos y admiración. Cuando hablamos de ‘redes de contención’ nos referimos a los vínculos que impiden al niño/a sentirse a la intemperie dentro de su propia vida.

·         El automensaje: El niño/a elabora un mensaje para sí mismo; es necesario que interiorice: ‘me quiero, confío en mí, puedo mantenerme en la vida’. Actualmente es necesario el fortalecimiento interior de los niños/as para poder resistir en un mundo sumamente difícil. La labor educativa y el desarrollo de la capacidad intelectual son factores básicos a tener en cuenta, pues, según las investigaciones, a mayor inteligencia, mayor capacidad de resiliencia. Es importante que el niño/a pueda desarrollar su tarea escolar contando con el apoyo de un ambiente familiar sano en todas sus perspectivas.


Isabel

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